¡Cibeles, qué guay trabajar allí!

Escuchando la lluvia me animo a escribir sobre mis recuerdos. Unos recuerdos que revivo ahora desde otra perspectiva. Mi visita a Cibeles como alumna del Máster el pasado mes de enero fue un cúmulo de emociones. Una mezcla de expectación, inocencia e ilusión me acompañaba el año pasado al pisar, por primera vez, el espacio donde se celebra la semana de la moda de Madrid.

 

En los desfiles viajé desde Toronto hasta Georgia con los dulces paisajes de Ailanto, pasando por la tradicional y oscura Andalucía de Juana Martín. Además, descubrí la sensualidad y la libertad de la noche de la mano de Juan Vidal. Con ManéMané, sentí la diversión de vestirse mezclando y transformando prendas para salir de fiesta. Tampoco puedo dejar de mencionar el colorido viaje a los 40 con los “uniformes” rectos pero femeninos de Moisés Nieto y el haber flotado en el espacio igual que lo hacían los diseños de Amaya Arzuaga.

Hoy,  en “mi segunda” (así es como los del sector hacen referencia a las veces que has estado en la pasarela), he vivido el evento como profesional; sintiendo los nervios propios de querer que todo salga bien, formando parte de ese mundo y haciéndome un “huequecito” entre personas tan importantes.

Sitting en el desfile de Arzuaga, protocolo, atender a los medios, promoción de la marca… y sobre todo vivir con intensidad y con ganas la presión de “las cosas bien hechas”.

Escribo este post el último día de MBFW, el día de los EGO, de los diseñadores emergentes… Termina Cibeles, se cierra el telón pero estoy feliz porque como aseguraban en el Máster “ahora empiezas a ser de verdad parte de la Moda”.

 

Irene Bautista

Alumna I Edición Máster en Dirección y Comunicación de Moda