La comunicación interna y su importancia

La importancia de la comunicación interna en las organizaciones

En un entorno voluble, saturado y con perfiles de público más exigentes e informados, las diferentes organizaciones, empresas, administraciones públicas, ONG… luchan por diferenciarse, por comunicar unos valores que les otorguen personalidad como marcas. Las nuevas tecnologías, los nuevos planteamientos estratégicos, el nuevo perfil de consumidor y la nueva oferta de formatos deben redefinir las estructuras, la metodología de trabajo y por supuesto, el modelo de gestión de uno de los pilares básicos de las organizaciones: la comunicación interna.

La figura DIRCOM

La figura del DIRCOM se convierte en pieza clave dentro del ámbito del marketing y la imagen desde dos ópticas diferenciadas pero complementarias. Por un lado, la comunicación corporativa, esto es, la gestión de la imagen, la responsabilidad social o la reputación de la organización. Todos estos ámbitos bajo la especificidad que supone el trabajo del DIRCOM.

Y, por otro lado, desde la óptica de la planificación de la comunicación comercial, es decir, la gestión de las áreas de marketing asociadas a las ventas, la publicidad, la promoción, el merchandising, etc. No obstante, no hay que dejar de lado un factor clave: los públicos internos.

Un buen DIRCOM debe disponer a nivel interno de multiplicidad de herramientas para que su comunicación sea no sólo ágil sino también cercana. Ese es el verdadero reto dentro de cualquier compañía. A los tradicionales instrumentos (como notificaciones o mailings clásicos de cualquier empresa) deben unirse mecanismos más novedosos. Deben estar en consonancia con el entorno actual (tales como chats interdepartamentales, banco de buenas prácticas, foros de encuentro y por supuesto, una potente plataforma online).

Uno de los paradigmas clave de todo DIRCOM debe ser que “los públicos se sientan reflejados y representados por la marca”. Una marca no puede ser un disfraz; ha de ser un traje a medida y tanto la organización como sus interlocutores tienen que reconocerse en la misma. Debe trasladarse un mensaje unívoco sobre la marca, primando aquellos aspectos que queremos mostrar a los demás sobre los superfluos. Hay que cuidar y mimar a la marca. pensar que lo que hagamos hoy debe reformularse para ver si dentro de 10 años nos seguiremos sintiendo representados por ella o no.

Antonio Macarro

Director académico del Máster en Dirección de Comunicación de la Escuela de Negocios de la Cámara de Sevilla